''El que no quiso cuando pudo, no podrá cuando quiera.''
-Truth
"Nadie nos advirtió que extrañar es el costo que tienen los buenos momentos".
Mario Benedetti.

viernes, septiembre 16, 2022

domingo, junio 26, 2022

Flickr.


algunas fotitos.

miércoles, junio 08, 2022

domingo, diciembre 19, 2021

jueves, julio 01, 2021

sábado, abril 25, 2020

domingo, marzo 29, 2020

Débil

sábado, marzo 28, 2020

La exaltación del yo

En estas épocas lo que más veo en las redes sociales es la asquerosa exaltación del yo.
Dentro de esta situación paranoica en la que tratamos de sobrevivir, el ser humano no pierde la oportunidad y aprovecha al máximo su necesidad de mostrarse.
Incapacitados de ir a trabajar, de juntarse, de mostrarse hacia el resto, exponerse al ojo del otro, pierden las formas más básicas de llenar ese vacío de autoestima para poder, en este caso, hacerlo mediante las redes sociales.
Nunca vi tanta exposición, tanto ego expresado en fotos que a nadie en realidad interesan, sino que sólo se alimenta mediante la simple exposición, y lo loco es que retroalimenta como una cadena: uno publica algo y  te solicita a vos que lo hagas. Entonces, ya de por sí te expones al resto, y aseguras que te vean, y se lo pedís a otro que va a hacer exactamente lo mismo, entonces todo se vuelve una espiral de yo's fea, vacía de contenido.
Qué tan vacía es la gente de ahora.

viernes, marzo 27, 2020


Extranjera

Muchas veces siento que no pertenezco a este mundo. No sé si a veces mi ingenuidad, y mi honestidad guardan armonía con el ambiente.
Es difícil tratar de encajar. Gran parte de mi vida se basó en eso. Nunca me sentí igual al resto, pero no por sentirme "especial", sino por sentirme diferente.
A veces me siento tan libre de ser, de existir, de expresar todo lo que siento dentro, pero llega un momento en que todo se torna extraño para el resto. No lo entienden, tal vez está bien que no lo entiendan, pero vuelve otra vez la sensación de sentirme diferente.
Luego, llega la frase-trillada-aliviadora de "está bien sentirse diferente, hay que ser uno mismo", pero en la realidad lo que sos no está bien.
Quiero ser realmente libre. En la actualidad siento que pude hacer una conexión entre lo que siento y lo que expreso, pero sigo sintiendo que no pertenezco a este lugar, y nunca va a cambiar.

Miedo

¿Será que tengo que cambiar mi forma de ser? ¿Cómo puedo saberlo?
Es una delgada línea. Es ese momento en que te sentís aceptada, querida, y que al fin podés ser como realmente sos pero... siempre hay un pero.
Es algo frustrante porque, si bien te sentís a gusto con la situación, no podés dejar de soslayar que va a llegar el momento en que te ponen un límite. "Para, todo bien, pero es mucho".

Siempre a los extremos. Es tan difícil todo.
Una búsqueda infinita para poder romper la pared que fue alguna vez inquebrantable, para que luego, una vez que sos libre, aparezca nuevamente otra pared: "Para, hasta ahí llegaste".

Estoy harta, y bastante harta. Todo el tema de la introspección, auto-análisis me tiene cansada. ¿Qué es lo que tengo que hacer verdaderamente?

Empiezo a pensar que en realidad la gente nunca acepta del todo a la otra persona, o que esa tarea es solo para valientes.

En fin, siempre acá, la rara, la "freak". Desde siempre sentí que soy una outsider, pero rara vez sentí ser una hacia la gente cercana.

Capaz es el momento de cansancio. El momento en el cual decís basta, quiero ser como soy. Te invito a que me quieras como soy, y si no te gusta, sos libre de irte.

Claro, todo suena tan fácil por escrito, pero cuando te mojas un poquito con la realidad llega la angustia.

Frustración, no hay otra palabra para definir la situación. Es intentar e intentar mil veces y encontrarte con un cartel de "STOP". Basta. Es el momento de decidir si quiero mostrarme como soy, o empezar con una farsa que a la larga se va a desmoronar sola.

Es que, uno tiene tanto miedo de perder lo que construyó que el cuerpo se te llena de dudas, y soportas y soportas tanto hasta que la verdad sale a la luz, o sea vos.

Y claro, porque al fin y al cabo la verdad siempre triunfa. ¿Eso está mal? Es ese el momento de sinceridad necesario para ver quién se queda y quién se va. Quién vale la pena, y quién no.

Nadie tendría que aparentar ser lo que no es. Así como tratar de no mostrar los defectos con los seres queridos, como para la gente en general.

Todos tenemos defectos, pero ¿cómo bloquearlos todos? No se puede. Tratás de ponerle muchas capas de papel encima para que no emerjan de ese lugar donde los confinaste, pero no se puede. El papel se moja, y lo hediondo empieza a aparecer.

Te quedás quieta, viendo cómo la otra persona recibe la expresión de tu defecto, con la mirada expectante de aceptación, aquella que te fue rechazada miles de veces antes.

Y te empezás a maquinar aún más porque por más que te digan que está todo bien, dentro de tu cabeza comienza una serie de preguntas auto-destructivas que solitas conducen a un "esto dentro de poco se cae".

El miedo. Debe ser una de las peores sensaciones. Literalmente es ¿ser o no ser? Esa es la cuestión.
Te paraliza, te quedás mirando a la nada sorteando todas las situaciones en las que podrían aparecer esas manchas de nacimiento con las que trata uno todos los días, y te da miedo.

Perder no es una opción. Diste todo, te abriste como nunca, al costo de... ¿nada?
Miedo, otra vez, BIENVENIDO.

Piel

La piel es tan fácil, es como si el cuerpo te lo pide a gritos.
Ese es el momento en que siento que la debilidad se apodera de mi cuerpo. Anula todo mi ser, los pensamientos vuelan y sólo es el éxtasis que te pide eso que tanto intentas obviar.
Es inútil. Ya llegó. Está ahí la verdad, la verdad más fuerte, más banal y sensorial de todas.
De un momento a otro, estás ahí, donde tantas veces decidiste decir no. Es que el cuerpo ya no sabe mentir: es el momento de sentir.
Quien dice que la cabeza lo puede todo, es mentira. El deseo lo destroza todo, es una máquina con dientes bañados en sangre a la que no le importa nada. Rompe todo, nubla los pensamientos y después, mente en blanco.
Llegó, y no hay más. Es el momento, el cuerpo lo sabe. Como dijo Cerati: "y en un segundo me encontré en tu órbita, extasiándome".

Yo también escribo

Hola a la nadiedad misma.
Estoy acá porque me indigné, me sentí defraudada y poco valorada.
¿Por qué uno siempre busca ser lo mejor?
O capaz no es eso, sino sólo las ganas que tiene uno de que el otro nos considere lo mejor.
¿Por qué me esfuerzo en demostrar lo que soy?
Supongo que la otra persona tiene que haber hecho el trabajo de conocernos, y considerarnos los mejores. Uno no tiene que ir por ahí demostrando absolutamente nada. Uno es como es, y es como nos deben querer, con todos nuestros defectos y nuestras virtudes.

Yo también escribo.
Desde la luz de la luna hasta la oscuridad de la profundidad de mis palabras.
El reflejo de mi ser que se materializa en estas letras que caen de la fosa de sentimientos que habita en mí.
La desesperación que siento se asemeja a la de un hombre sediento en el desierto, ¿será que busco mi río bendito? Aquel que me moje el alma y enfríe un poco mi ser tan ardiente de ofuscación motivo del sufrimiento que siento dentro.
Aquél que aliviane este peso que soporto como una pluma una mole de material abandonado.
Aquél peso que invento yo, con los monstruos que se apoderan de mí de vez en cuando.
Y cuando lo hacen, corrosionan todo en su camino, dejando sólo camino de óxido que, como todos sabemos, al sólo tocarlo se desmorona.
¿O acaso nunca tuvo fuerza en realidad? Pueden ser ambas opciones, pero duele reconocerlo.
La fragilidad de cada uno. Alguna que otra vez siento que soy de vidrio, un vidrio bien finísimo que tiembla ante cualquier tipo de cercanía a lo que se llama "sentir". Porque cuando se acerca, aparenta endurecerse, pero en realidad es pura ilusión, ya que en el fondo sigue siendo vidrio pero que por ese momento se vuelve espejo y refleja esa imagen linda que ve de lejos, y lo transforma en algo que no es.
Es difícil ser de vidrio en estos días que corren, donde lo bueno escasea y la mentira e hipocresía desborda las calles.
Es difícil ser de vidrio, en un mundo donde te exige ser distinto, de un material más duro que esta debilidad a la que pertenezco.
Vaya uno a saber lo que el mundo quiere de nosotros en realidad. Al mundo no le importa si sos de vidrio, o de hierro: lo que le importa es que le sirvas.
Y supongo que la gente es igual, y busca lo mismo. No busca vidrios, busca algún material más robusto que no tenga miedo.
Por eso, a veces los de vidrio (conociéndonos como tales) nos colocamos a la mayor lejanía posible. ¿Estrategia? ¿Poco valor? Seguramente sea poco valor, pero... ¿qué más da? ¿Quién va a juntar nuestros pedazos cuando nos rompamos? Porque al fin y al cabo, todos quieren a los fuertes, y a los vidrios apenas se rompen, los tiran. Son inservibles.

jueves, marzo 26, 2020

viernes, enero 31, 2020

Ave Fénix

“El hombre que se levanta es aún más fuerte que el que no ha caído»
-Viktor Frankl-

sábado, agosto 10, 2019

Te das cuenta de las heridas que llevás cuando las cicatrices sangran, cuando el recuerdo emana de ellas como ríos formados por incontables lágrimas que en algún momento hicieron que te ahogaras, y veas al final, en el camino nublado aquél halo de luz que dice "no todo está perdido".

Luego, llegar a la conclusión que nada pasa y se deja en el pasado. Somos producto de lo vivido lamentablemente, y a veces muchos sucesos de ese entonces hacen de la sábana que estamos hechos, formado por pequeños retazos de nuestras vivencias, tanto buenas como malas.

Esto viene a que cada vez que intento mejorar algún aspecto de mi vida, se derrumba otro, y todo producto de esas cicatrices que constantemente sangran una y otra vez sin cesar.

De vez en cuando me alegraría despertarme en blanco, totalmente en blanco.- 

miércoles, mayo 01, 2019

"Nadie nos advirtió que extrañar es el costo que tienen los buenos momentos". Mario Benedetti.
Ayer me percaté lo difícil que me resulta ver parejas "enamoradas". Me cuesta muchísimo. Me duele. Suena tan egoísta, pero no lo puedo evitar. En esos momentos desearía volver a casa, mirar el techo, esperar a que los ojos se cierren y olvidar.

Nótese la bota sucia, y el "sweater" que
queda más corto que mi remera. Crota.
A veces me quejo que tengo que salir a la calle porque mi compañera no se le canta ir a trabajar, pero el lado positivo vendría a ser que me voy a caminar un rato sola con el frío hermoso que está haciendo estos días.
Y bien, ya adquirí con bastante periodicidad la costumbre de fumar, pero sólo me gusta fumar al aire libre. No me imagino fumando en una reunión dentro de una casa, o sola en mi habitación.

En fin, entre las tantas cosas que vuelan en mi cabeza, me pongo a reflexionar sobre la frase que en su momento había puesto acá: "el que no quiso cuando pudo, no podrá cuando quiera. Tan real. Cada vez lo afirmo más. Soy de la gente que (en la medida de lo posible) no deja pasar ni una sola oportunidad. Prefiero siempre el todo o nada. No sé si está del todo bien, pero odiaría sentir que pude hacer más, o pensar en el "qué hubiese pasado si...". No podría, me conozco y me dolería la cabeza de pensar en esa cuestión. 

Por otro lado, pienso en mi situación, y digo que no le daría una segunda oportunidad a nadie. Jamás lo hice, y espero no poder hacerlo nunca. No soy una persona rencorosa en absoluto, o sí pero es muy momentáneo y generalmente olvido rápido las ofensas. Pero, si esa persona no hizo nada en el momento para revertir la situación, tuvo la oportunidad de elegir, y eligió el camino que se alejaba de mí, listo. 

Eso es lo que pasó por ejemplo con el infeliz. Tuvo la oportunidad de decirle adiós hasta luego, de dejar de romper las pelotas, de elegirme a mí, pero no. Ahora ya está, murió. Nunca perdonaría una traición, de ninguna manera. Si una persona hace eso, es que no te valora. Aunque llore, diga lo que diga, tuviste la oportunidad y la perdiste. Decidiste tirar todo por la borda, perfecto. Ya no más. Y ahí lo tenés, llorando por las redes sociales, y en su momento por mensajes. Gabriel Flores entendiendo tarde cómo son las cosas. La zorra ganó, y junto con ella perdiste. Pobre de vos, y pobre de esa persona que poco sabe de lo que es el respeto por el otro. Igualmente, todos en algún momento aprenden, aunque muy a pesar de ellos perdiendo a alguien que sí valía.

A fin de cuentas, considero que todo es cuestión de elección en la vida. Nadie te pone un arma en la cabeza y maneja el rumbo de tu vida. La vida en sí es una cadena de elecciones todo el tiempo. Vos elegís cómo querés que sea. Suena mucho al libre albedrío esto. Tampoco creo que sea del todo así, pero no podemos desligarnos de responsabilidad y decir que "es el destino". No. Me niego rotundamente a afirmar eso.
Si fuese así, todos estaríamos exentos de culpas. Todos seríamos unos pobres diablos manejados como la mano invisible del mercado de Smith, "el destino", "el tiempo dirá". No es así. Dejemos de ser tan hipócritas y aceptemos de una vez por todas que cada uno crea la realidad que cree (salvo cuestiones extremas independientes de uno).
Por eso, nunca jamás voy a entender a la gente que se rinde en situaciones que puede cambiar. Creo que son conformistas, o tal vez se esconden detrás de ese disfraz, cuando en realidad no pueden tener huevos para decir que no quieren. También puede ser eso.
Muchas veces soy una persona así, conformista, pero trato constantemente de cambiar eso, y no convertirme en aquello que tanto detesto. Fin.-

domingo, abril 28, 2019

Los árboles apostados en un paisaje oscuro, sin fin. No terminan, tal vez por el sueño de un ser hermitaño: es su espera que no termina, pero se ve tan confiado que sabe que va a pasar. Sabe que ese paisaje es momentáneo, largo es el momento, pero finito. Llueve pero ya aprendió a saltar los charcos.

Bosque ubicado en el camino al Glaciar Huemul, en la provincia de Santa Cruz.
Sacada con velocidad baja, así el movimiento del agua tiene el efecto llamado "velo de novia".











El sol











hoy














no alumbró.-